Nosotros no fuimos los que estrenamos el ordenador (nuevos eran demasiado caros, tanto como lo que costaba un piso en la época), sino que ya lo compramos de segunda mano a una empresa de confección que había cerrado.
Era el año 1982, ahora nos quejamos mucho de esta crisis, pero aquellos momentos no fueron fáciles tampoco.
La distribución de los ordenadores Phillips la llevaba una empresa que se llamaba Gispert. Allí te vendían la máquina, los programas, te daban la formación tanto de usuario como de programador y también tenían un servicio de mantenimiento por el cual un técnico de bata blanca y guantes venía a la oficina, reparaba la máquina, cambiaba las piezas, etc. La máquina como veis en la foto era un puesto de trabajo compacto donde estaba todo lo que podías necesitar. CPU, Teclado, impresora, pantalla, una especie de atril donde apoyar papeles y te servía casi de mesa y hasta un apoya-pies que no venía nada mal. ¿Ratón? No, por aquel entonces los ratones solamente vivían en las ratoneras…
Fuimos los primeros, con bastante diferencia, entre las empresas de nuestro sector en tener un ordenador en la oficina. Fue nuestro bautismo en la informática y aprendimos entre otras cosas lo importantísimo que era hacer copias diarias, y que las copias fueran correctas por si tocaba restaurar información (que solía ser a menudo al principio). Era un ordenador lento y con pocas prestaciones, para lo que estamos acostumbrados ahora, pero el salto que nos permitió dar en la gestión de la empresa fue muy grande ya que antes se realizaban las tareas administrativas con máquinas de escribir, calculadoras manuales, y por supuesto todo escrito a mano.
Fuente fotografía old-computers